¿Alguna vez has sentido que estás trabajando solo por trabajar, pero no sabes muy bien por qué? Es algo que nos pasa a muchos, sobre todo cuando no estamos haciendo algo que realmente nos motive. A veces, la pregunta no es si se puede encontrar un propósito, sino cómo. Encontrar ese propósito en tu trabajo puede cambiarlo todo. Aquí te dejo algunas ideas simples para empezar.
1. Pregúntate qué te gusta hacer
Esto suena obvio, pero a veces olvidamos parar y pensar: ¿qué disfruto hacer de verdad? No se trata de lo que la gente espera de ti, ni de lo que “deberías” hacer. Piensa en esos momentos en los que te sientes realmente bien, ya sea en tu tiempo libre o en el trabajo.
Puede ser algo tan simple como ayudar a alguien, resolver problemas, o hacer algo creativo. Lo importante es que te conectes con lo que realmente te hace feliz.
2. Piensa en lo que eres bueno
No todo el mundo tiene claro en qué es bueno, pero seguro que tú también tienes algo que te sale fácil. A veces no lo notamos porque no lo vemos como algo “especial”, pero piensa en lo que otros te piden hacer o lo que te sale natural. Si te das un poco de tiempo para reconocerlo, te ayudará a ver cómo podrías usar esas habilidades en lo que haces.
3. ¿Qué valores son importantes para ti?
¿Qué cosas valoras más en tu vida? ¿La libertad de hacer lo que te plazca, ayudar a otros, trabajar en equipo? Cuando tu trabajo refleja tus valores, ya no es solo una forma de ganarte la vida. Empieza a pensar qué tipo de ambiente te gustaría tener a tu alrededor. Si encuentras algo que combine lo que te gusta hacer con lo que te importa, te sentirás mucho más conectado a tu propósito.
4. Prueba cosas nuevas
El propósito no es algo que encuentras de un día para otro. Es más bien un proceso. No tengas miedo de probar cosas nuevas. Haz voluntariados, toma un curso que te interese, involúcrate en proyectos que te emocionen. A medida que vas probando, vas viendo lo que te gusta más y lo que te llena menos. Y si no es lo que esperabas, no pasa nada, cada intento te acerca más a lo que realmente quieres hacer.
5. Habla con otros
A veces, una conversación con alguien que ya ha encontrado su propósito puede ser un montón de ayuda. Escuchar a otros te abre la mente y te inspira. No necesitas copiar el camino de nadie, pero sí puede que encuentres ideas o perspectivas que no habías considerado antes. ¡Nunca sabes de dónde puede venir la chispa!
6. Ponlo en papel
Una vez que hayas pensado un poco más en lo que te gusta, lo que eres bueno y lo que te importa, intenta escribirlo. No tiene que ser algo largo ni perfecto. Escribe tus pensamientos y lo que quieres lograr. Aunque al principio no lo veas claro, ponerlo por escrito te ayudará a tomar decisiones con más enfoque.
7. Déjate llevar por los cambios
Tu propósito puede evolucionar con el tiempo, y eso es completamente normal. Lo importante es que no te sientas atado a un solo camino. Si en algún momento sientes que lo que estás haciendo ya no te llena, está bien cambiar de dirección. La vida y el trabajo no tienen que ser siempre fijos. Tener claridad sobre lo que te gusta te va a dar la libertad de hacer esos ajustes cuando los necesites.
8. Disfruta el camino
Encontrar tu propósito no es algo que suceda de inmediato, ni un destino al que llegues de un día para otro. Es más bien una serie de pasos, algunos pequeños y otros grandes, que te van guiando. Lo clave aquí es disfrutar del proceso.
No te presiones por tener todas las respuestas, y acepta que cada paso que des, incluso los que parecen pequeños, te acerca más a lo que realmente te llena. Lo importante es seguir adelante y aprender de cada experiencia.
Al final, no te preocupes si aún no sabes con certeza cuál es tu propósito. Lo más importante es que sigas buscando, probando cosas, y escuchándote a ti mismo.
Cada experiencia es una pista que te lleva más cerca de descubrir lo que te hará levantarte con ganas cada día. Cuando lo encuentres, no solo habrás encontrado tu carrera ideal, sino también una forma de vivir más auténtica y alineada con lo que realmente eres.
Aprende más: